Todo surgió por una pasión, una pasión enorme por las antigüedades, un coleccionismo imparable, un acopio enorme de objetos que nos gustaban, hasta el punto de no tener donde guardarlos, obligándonos a vender alguno para comprar otros, unas veces en tiendas de amigos, otras a través de conocidos, e incluso por anuncios, hasta que pensamos en la idea de poner una tienda, el tiempo que nos quedaba libre de nuestro trabajo, y así surgió “De Seis a Ocho”
La tienda está situada en pleno centro de Gijón, en una calle poco conocida, pero bastante paseada, es la continuación de la calle Jacobo Olañeta, que en un momento de su recorrido, pasa a ser Joaquín Fernández Acebal, bordeando la parte trasera del Centro Comercial San Agustín, donde se alojan los cines Centro. Está situada en el número 4 de la mencionada calle.
“De Seis a Ocho”, lleva casi quince años en funcionamiento, está dedicada a la compra y la venta de todo tipo de antigüedades o cosas que, aunque no lleguen a serlo, son merecedoras de estar en la tienda, por su belleza, rareza, peculiaridad o simplemente por todo ello.
Al tener un tamaño reducido, la tienda consigue a veces que el cliente tenga que rebuscar entre los objetos apilados o desordenados, hasta dar con el que le interesa, creando un ambiente a la vez tentador y expectante, pero siempre interesante.
La mayor parte de los objetos que hay en la tienda, son decorativos: porcelanas, cristal, juguetes, abanicos, plata, bisutería antigua, joyas antiguas, libros, muebles, etc., pero también están los objetos de colección de todo tipo: postales, calendarios, navajas, publicidad, militaria, …un sinfín de cosas de las que en una época hay más que en otra y viceversa y que llaman la atención a muchísimos aficionados. La diversidad es grande, por lo que casi siempre se puede encontrar algo que se busca, o descubrir algo que gusta y comprarlo.
Quizá lo más destacado sea el horario, a raíz del cual le viene el nombre “De seis a ocho”, horario que funciona toda la semana, a excepción del sábado que abrimos de doce a una y media. En un principio la gente se sorprendió por este corto horario, pero pronto lo han aceptado e incluso opinan que realmente más no se precisa, quedando no obstante la opción de la llamada telefónica para visitar la tienda fuera de horario, si ello fuera necesario.
Hemos hecho muchos clientes a lo largo de todos estos años, algunos ahora son amigos, que siempre nos visitan, para charlar, para ponernos al día, para ver las últimas cosas que hemos comprado,… en fin, para pasar un rato a gusto, así la tienda se convierte a veces, en un punto de encuentro de viejos amigos que, a fuerza de ser clientes o de compartir los mismos gustos, ahora comparten conocimientos o conversaciones creándose un ambiente de cordialidad. Con ello volvemos al principio, a la pasión por las antigüedades, a que esta actividad, nos divierta, nos haga conocer gente, encontrar pequeños tesoros y sobre todo a disfrutar con nuestra afición y poder transmitirla a quien nos entiende.